Es muy frecuente escuchar quejas referentes a la falta de esfuerzo que vamos observando en la sociedad en la que vivimos. Todos echamos balones fuera, en vez de intentar encontrar soluciones y aportar nuestro granito de arena en la medida que nos sea posible.
En este punto quiero centrarme en algo que, a veces, nos supone un trastorno en nuestra vida familiar: ¿a qué me refiero? ¡A las tareas! Las "odiosas" tareas. Quien más, quien menos, se ha quejado alguna vez, argumentando la cantidad de trabajo que tiene que hacer nuestr@ hij@ en casa, el tiempo que quita a la vida familiar, que tenemos que andar a la gresca para que el niñ@ se ponga a lo suyo, que los niñ@s tienen que jugar...
Todo ello, apoyado por las nuevas teorías que avalan que los niñ@s no deben tener tareas para casa, que con lo de la escuela es más que suficiente.
Pues bien, desde aquí os digo que sin esfuerzo no hay recompensa y que para que el aprendizaje sea efectivo hay que dedicarle tiempo. En la escuela, l@s alumn@s trabajan los contenidos, los razonan, los interpretan, los experimentan...pero después, es necesario que se enfrenten ell@s solos para que surjan las dudas, para rematar las actividades, para memorizar lo que hemos escuchado pero todavía no hemos terminado de asentar, para adquirir un hábito que será muy importante a medida que avancemos...
No pretendo convencer a nadie, pero sé que estoy en lo cierto y en el fondo vosotr@s también. Sabéis que para lograr un objetivo, de la índole que sea, hay que dedicarle tiempo, y practicar y practicar. No hay más secreto. Cierto que hay a quien le cuesta más y hay quien tiene la suerte de que con poco obtiene grandes resultados. Cada uno en función de sus capacidades, aptitudes y sobre todo actitudes.
Pues bien, como docente que lleva "algunos" años trabajando con niñ@s, voy observando que curso a curso, el nivel de exigencia hacia nuestr@s hij@s y alumn@s cada vez es menor y sin embargo nuestra sociedad cada vez es más exigente. Nuestr@s hij@s tienen tablets, ordenadores, móviles... a edades cada vez más tempranas. La tecnología es genial, pero bien empleada y en el momento oportuno.
Los llevamos a un montón de extraescolares, y eso también es fabuloso, pero hay que saber dosificar el tiempo de los muchach@s.
En fin, tan solo deseo que reflexionéis sobre el tema y actuéis en consecuencia. Todos buscamos los mejor para nuestros chic@s pero la excelencia no está precisamente en la falta de límites, ni en la falta de obstáculos, ni mucho menos en la falta de esfuerzo.
Aquí os dejo un folleto con algunos consejos que espero sea de utilidad para vosotr@s.
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